por: Eutimio Mejía Soto
La contabilidad ambiental presenta múltiples definiciones1, tal como
sucede a lo largo de la historia con la definición de contabilidad2, situación
que lo hace un concepto polisémico. Para los efectos del presente trabajo, se
entiende la contabilidad ambiental como un modelo de la contabilidad general
(Mattessich, 2002), de la misma forma como lo son el modelo público, financiero-patrimonial,
gestión-gerencial-administrativo, econômico y social (García Casella, 2001;
2002; Machado, 2004; Fronti de García y Wainstein, 2000).
La contabilidad ambiental genera gran expectativa y ha logrado dinamizar
los procesos orientados a la preparación y presentación de información contable.
Rubio, Chamorro y Miranda (2006, 31) señalan: "la contabilidad debe
encargarse de medir, valorar, cuantificar e informar sobre los aspectos
cualitativos y cuantitativos que pueden influir en la toma de decisiones acerca
de lãs actuaciones sobre las variables medioambientales".
En Geba, Fernández y Sebastián (2007, 8), el objetivo de La contabilidad
socio-ambiental "es obtener y brindar conocimiento racional de la
dimensión socio-ambiental considerada, es decir, del patrimonio
socio-ambiental, los impactos socio-ambientales y sus relaciones, no meramente
financieras, en el ente, sujeto del proceso, y en su entorno".
"La contabilidad ambiental se desarrolla en un espacio en donde confluyen
diversas disciplinas, unas naturales como la biología, ecología, entre otras, y
unas sociales como la economía y La contabilidad. La contabilidad cada día
tiene un mayor grado de responsabilidad pública de dar cuenta de las relaciones
entre El hombre y la naturaleza. La contabilidad tiene un compromiso evidente
con la humanidad presente y futura, en la tarea inaplazable de proteger, cuidar
y conservar el ambiente" (Carmona, Carrasco y Fernández-Revuelta, 1993,
278). Es decir, La contabilidad debe comprometerse con el desarrollo
sostenible, en lo social, ambiental y económico.
El concepto de desarrollo sostenible, en sus inicios, fue definido como
"el desarrollo que responde a las necesidades del presente sin comprometer
la capacidad de las generaciones futuras de resolver sus propias
necesidades" (Brundtland, 1988), definición reformulada, ampliada y
reinterpretada por diversos autores . Este concepto será internalizado en la
contabilidad ambiental y definirá para ella un nuevo rol.
William Rojas (2001, 256) señala que "actualmente las empresas y
el hombre en general, están utilizando los recursos naturales para su beneficio
y gasto desmedido, [tal situación] ha ocasionado grandes problemas en los
recursos naturales". Así mismo afirma que "Los problemas de orden
ecológico que enfrenta la disciplina contable se deben intentar solucionar
desde una visión interdisciplinaria en la cual se deje por fuera de todo
análisis los menores elementos posibles, pues es un trabajo complejo".
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